Esta es una entrevista que me hizo el periodista y docente de la Universidad Catolica Paulo Olascuaga, y que va a ser publicado en un libro de próxima aparición. Falta lo que Paulo va poner como introducción, pero ésta es la entrevista ya editada.
PO: ¿La crisis financiera te dejó alguna enseñanza en tu práctica profesional?
AL: En mi práctica profesional no sé, pero en la práctica empresarial, o intento de práctica empresarial, me fue bastante mal. En el tema de la práctica profesional me imagino por dónde viene la pregunta, por mucha autocrítica. “No informamos lo que tuvimos que informar”; “sabíamos más que lo que le decíamos a la gente”; “no dijimos que había una corrida bancaria cuando la había...”. ¿A eso te referís?
PO: A lo que a ti te haya parecido que te dejó como enseñanza para tu práctica profesional.
AL: Leí algunas columnas, concretamente en “El Observador”, del editor de economía, en la que hacía una especie de autocrítica, diciendo que le habíamos creído al gobierno, al presidente Jorge Batlle, al ministro Alberto Bensión cuando dijo tal cosa y que tenemos que investigar más a fondo etc. Me llamó la atención que se hablara de ello, que se debatiera en algún momento. Desde mi punto de vista, toda la información que tuve -yo estaba en “El Espectador” en ese momento- la volqué en la radio, siempre teniendo en cuenta los criterios de exactitud y profesionalidad, porque era un tema bastante delicado, y además sin dejarme manejar por las fuentes informativas, es decir, chequeando todo. Hace poco un colega periodista de radio me dijo que uno de esos días me vio por la Asociación de Empleados Bancarios (AEBU), y me dijo que pensó “mira ahí va Antonio Ladra…” y yo le pregunté que había de raro en eso, porque en todo caso esos días AEBU era un lugar al que había que ir para buscar información. Me dijo algo que me sorprendió: es que vos jugaste un papel importante durante la crisis con el manejo de la información que hiciste y la forma en que lo trataste. Me dejó frío. Entonces, enseñanza desde el punto de vista profesional no me dejó ninguna o en todo caso me reafirmó en lo que pienso acerca de cómo debe actuar un periodista. Porque en este caso actúe bajo las normas que tiene que actuar un periodista en cualquier otro tema, volcando toda la información que obtiene, sin ningún problema y con seriedad.
PO: ¿Darías una información que pueda hacer caer un banco?
AL: La información no hace caer a los bancos. Lo que hace caer a los bancos es lo que pasó. Un banco cae por los malos manejos. La prueba es lo que hemos vivido. Evidentemente hubo grandes estafas, no existieron los controles necesarios que correspondían y llegamos a la situación a la que llegamos, pero no fue por la información. Si yo tengo la información de que en un banco la gente está retirando el dinero –como ocurrió con el Banco de Galicia- tengo la obligación de darla, porque hay una desconfianza de la sociedad hacia una institución bancaria. ¿Por qué no la voy a dar? Yo no soy el gobierno. Además, la responsabilidad con el banco de Galicia fue del gobierno no de un periodista.
PO: Hay quienes dicen que si se da esa información no se permite que el banco se recupere de alguna manera porque la corrida es de tal magnitud...
AL: Está bien, pero vamos a un caso. Yo estuve en la conferencia de prensa cuando el Ministro de Economía Alberto Bensión y el Presidente del Banco Central, César Rodríguez Batlle, hicieron los anuncios de la recapitalización del Comercial por parte de los socios extranjeros. Cuando con bombos y platillos se dijo “la situación está salvada”; Batlle dijo, además, que la situación estaba arreglada con los socios extranjeros. Y eso fue toda mentira. No fue una recapitalización, fue un préstamo, con determinadas condiciones. Y en eso se embarcó el gobierno y el estado uruguayo. Donde se firmaron determinadas cláusulas de salvaguarda para los bancos extranjeros como por ejemplo destruir la documentación. Y no fue con un revólver en la cabeza como dijo Batlle; eso fue posterior. Cuando Uruguay ingresa en el proceso de arbitraje, hace relativamente poco tiempo, firmaron una cláusula, que nos enteramos ahora, por la cual esa documentación una vez culminado el arbitraje tenía que ser destruida. ¿Dónde está la transparencia informativa? ¿La culpa la tienen los periodistas? ¿No habrá sido culpa de las autoridades que no hicieron la tarea que tenían que hacer? Porque además nunca respondieron por eso. Entonces yo creo que el Ministro de Economía del gobierno de Batlle, del anterior o del que viene, tienen o tendrán que rendir cuentas a la ciudadanía. Porque somos nosotros los que le pagamos el sueldo, con los impuestos. Como dice Tomás Linn, “los nabos de siempre”[1]. Los uruguayos, Doña María, los ciudadanos, ¿no podemos reclamar responsabilidades por eso? ¡Por favor!. Yo recuerdo, hace muchos años, yo era muy chico, pero me acuerdo de la quiebra del Banco Trasatlántico. No existía la fortaleza de los medios de comunicación como existe ahora. Quebró el Transatlántico, jodió a un pueblo (a mi padre le quedó allí una cantidad de dinero),... pero no se habló más de eso. Era una cosa que quedaba ahí en un estrato social, pero no como en este caso que fue una crisis tan brutal que golpeó a todos los sectores de la sociedad. Además, el discurso del gobierno siempre fue “todo vino de afuera”. Y yo pregunto: ¿nunca hubo responsabilidades de adentro? ¿qué es lo que tenía que hacer un líder político, un gobernante, sino prever lo que podía llegar a pasar? Es más, ahora el FMI dice que la crisis se desató porque no había controles. No lo dice un loquito suelto, lo dice el FMI a contrapelo del discurso dominante.
PO: ¿Vos creés que un medio puede hacer caer a un Presidente?
AL: Y si, está demostrado ¿no? El Washington Post hizo caer a Nixon.
PO: ¿Darías una información que pueda hacer caer a un Presidente?
AL: Sin ninguna duda. El medio hace caer al Presidente porque difunde hechos ciertos. Nixon, en el caso Watergate, estuvo negando toda la información que tenía “The Washington Post” hasta que se demostró lo contrario. No estoy dispuesto a realizar una operación periodística para hacer caer a un Presidente. Pero sí a dar una información. Por ejemplo, hay sospechas de que el Ministro de Economía, Isaac Alfie, cuando era Director de Programación Macroeconómica del Ministerio (o sea quien tenía la responsabilidad de determinar en qué momento se iba a devaluar o no), previo a los primeros días de enero del 2002, hizo personalmente movimientos en las cuentas bancarias. No sé si en las suyas, del padre o del hermano, no importa; pero él tenía información privilegiada. No era la información que tenías tú o yo. Después vino la devaluación. Hasta ahora Alfie nunca respondió directamente sobre eso. Se lo han preguntado y siempre evade la respuesta.
PO: ¿Se lo preguntaste públicamente a través del diario?
AL: En una contratapa, cuando lo nombran Ministro. Era por el bien de él y la transparencia absoluta de una gestión. Nunca respondió. Es más, siempre ha tenido con la prensa reacciones destempladas, fuera de lugar, y nunca pidió disculpas públicamente. Y me pareció bárbaro que fuera Ministro. Una persona joven, inteligente. Pero más allá de eso tiene una responsabilidad como Ministro de Economía, hay una sospecha sobre él, futuro Ministro en aquel momento. Yo le pregunté públicamente, que respondiera sobre el asunto. Nunca lo hizo. Es más, sabiendo que existía esa sospecha no debió ni siquiera esperar que un periodista se lo preguntara. Él tendría que haber hecho una conferencia de prensa y mostrar los movimientos bancarios, cristalinamente, o publicarlos en la página web de presidencia. Cuando se hablaba, en medio de la crisis bancaria, de la necesidad de dar un shock de confianza, dije y escribí: empecemos por el propio Presidente de la República para abajo, la oposición, todos. Ley cristal: muestren donde tienen sus dineros depositados. Porque se le pedía a la gente “deposite su dinero en Uruguay, no lo lleve para afuera”. ¿Dónde tiene depositado el dinero el Presidente Batlle o Tabaré Vázquez? ¿Acá en Uruguay o está en el extranjero? ¿Por qué no hicieron una demostración pública? Esos son shock de confianza, no palabras. Vos me preguntás si yo daría información que haga caer un Presidente... Y si el Presidente de la República dice “depositen los dineros porque en Uruguay hay confianza” y yo tengo la demostración de que el Presidente tiene su fortuna depositada en Suiza, yo lo informo. Y si eso hace caer al Presidente bueno, bienvenido por la democracia, porque el tipo está mintiendo.
PO: Si te llaman de Presidencia y te dicen que una información que estás a punto de difundir causará perjuicios a la población, ¿qué hacés?
AL: Nada. De Presidencia me han llamado muchas veces. Cuando la colectividad judía pidió por que se dijera la verdad acerca de los desaparecidos uruguayos en una reunión de fin de año[2] -creo que la única vez que lo hizo, con el peso que tiene, con el respeto que le tengo además-, hubo muchas llamadas de Presidencia afirmando que era inconveniente que se diera la noticia. Un hecho que había ocurrido públicamente, ¡por favor! Todos los periodistas después de haber estado allí nos trasladamos a la Embajada de España y el comentario era ese tema, porque era una noticia de primera. Tan inconveniente pareció ser la noticia que en ningún diario fue título principal de tapa, cuando era cantado, que no resiste el menor análisis. Quiere decir que hizo efecto la llamada. Ahora, si a mí me llama el secretario del Presidente de la República, o el Presidente mismo para decir que una noticia puede llegar a ser inconveniente o causar perjuicios a la población, yo tengo que evaluarlo mucho, tiene que darme elementos muy pesados para que yo le haga caso. Después está la decisión empresarial. Tengo que comunicarle al director del diario, decirle “mire, está esto”. ¿Qué pasó cuando el 11-M en España[3]? El Presidente José Aznar llamó a cada uno de los medios para decir que tenían las pruebas de que había sido ETA quien había puesto las bombas. Todos le hicieron caso, y después hicieron los mea-culpa porque no fue así. Entonces, pongo las bardas en remojo, y dudo. Del poder siempre hay que dudar. Como periodista tengo que dudar de cualquier poder; del poder institucional, del poder sindical, político, eclesiástico, del que sea.
PO: ¿Realizas un control de contenido del diario?
AL: Control de calidad sí; cuando puedo. En el diario no puedo revisar todas las notas, porque en la secretaría de redacción somos dos y nada más. Cuando falta papel higiénico en el baño me lo piden a mí, al igual que cuando se necesita plata para el taxi para que un periodista cubra una información y no hay vehículo. Hacés de todo menos lo que tenés que hacer realmente: pensar en el diario y para el diario. El control de calidad se hace de a ratos. Los fines de semana son terribles. Hay veces que recibo hasta los avisos fúnebres… El impacto de la crisis económica en los medios de comunicación ha sido terrible. En ningún sector como este se ha sentido y no se ha levantado porque la gente lee cada vez menos y la prueba está en que la venta de los diarios y semanarios ha caído a niveles históricos. Acá en Uruguay las publicaciones son muy caras y eso ha impactado en los niveles de remuneración de los profesionales, además de que ha decaído notoriamente el nivel de la prensa.
PO: O sea que confiás mucho en tu staff.
AL: Claro, no te queda otra.
PO: Los conoces y confiás. Hacés un control pero no el que quisieras.
AL: No el que quisiera pero además me es materialmente imposible.
PO: ¿Cuáles son los alcances y límites de la libertad de prensa en el medio en el que trabajas?
AL: No tengo ningún tipo de cortapisas para publicar todo. El diario “La República” es un diario muy particular. Pesan más las declaraciones que los hechos. Lo cual no es de mi agrado. A mí me gusta informar sobre hechos concretos, pero el diario tiene la característica de que importa más lo que dijo fulano sobre mengano, que lo que hizo fulano.
PO: Con gran peso de opinión, digamos.
AL: Con gran peso de opinión. Es decir, el título de hoy es “Azucena Berrutti dijo que el caso de Paulós es un tema para las murgas”. Es un titulo ganchero donde la Ministra se toma el caso con humor.
Para informar no tengo cortapisas. Y a pesar de ser un medio notoriamente de izquierda –“La República” tiene una prédica de izquierda a favor del Frente Amplio- no hay cortapisas para informar.
PO: ¿Hubo una definición editorial?
AL: Siempre se definió editorialmente, más o menos claramente. Ahora hay como una cosa de que La Republica es el diario oficial del nuevo gobierno. Es muy cómico, los que antes no te llamaban ni para darte la hora ahora llaman para invitarte a almorzar, a fiestas, es increíble.
PO: ¿Ese lineamiento del diario te condiciona?
AL: A mí me condiciona. No hay cortapisas en la información. Es un diario notoriamente de izquierda pero donde no tiene ningún problema en que mañana uno vaya y le haga un reportaje a Uruguay Mérica que es un tipo que estuvo vinculado notoriamente a los servicios de inteligencia en la dictadura, como se hizo. O de tener en sus páginas al Senador Pablo Millor[4] que notoriamente no tiene la simpatía de la izquierda. En las páginas del diario entran todos, informativamente. Al Ministro de Defensa Yamandú Fau creo que todo el multimedio le ha pegado por todos lados, editorialmente, informativamente, descubriéndosele cosas. Por ejemplo en el caso de los viáticos. Ahora, el tipo tiene una cualidad: lo llamás y el tipo responde. Me tengo que sacar el sombrero ante Fau, por más que desde el punto de vista personal no es un individuo con el que tenga algún punto de contacto ni un grado de afinidad. Te contesta y te da información, por lo menos el tipo responde. Hay otros que no te responden y son de izquierda y de derecha; con toda la ambigüedad que desde mi punto de vista tiene ese posicionamiento de la izquierda o de derecha. Entonces, el grado de libertad de información también está en el grado de receptividad que tienen las fuentes a las cuales vos consultás. Si hay una reunión del Foro Batllista, la tengo que cubrir informativamente, porque es un hecho (aunque los lectores del diario no sé si lo requieren, si les importa); como periodista digo “ayer hubo una reunión del foro Batllista, van a definir el candidato a la intendencia” o lo que fuera.
PO: Tu cubrís todo pero ¿qué te condiciona?
AL: Me condiciona desde el punto de vista de opinión. Capaz que suena a autocensura mía. Porque yo tengo claro que soy una cara visible del diario, un responsable fuerte, aparezco en el staff. Para los lectores, para la gente Antonio Ladra hoy es “La República”. Yo trato de separarlo pero a mí me condiciona. Por ejemplo, abomino a la ETA, pero en el diario no se nombra a ETA como terroristas y para mí lo son.
PO: ¿Es muy difícil ser independiente del propio medio?
AL: Es clarísimo. En este caso para mí la ETA es una banda de terroristas y asesinos y lo digo con propiedad en cuanto hijo de un republicano que peleó en la Guerra Civil Española. Para el diario son luchadores independentistas. Es un eufemismo. A mí no me cae bien el presidente de Venezuela Hugo Chávez, pero para el diario es casi un paradigma de lo que debe ser un líder político. A mí no me gusta el talante autoritario que tiene Chávez y ojo que soy consciente que lo que se le enfrenta es peor y que de última fue víctima de un intento de golpe de Estado que acá, en Uruguay, muchos, incluso de la propia izquierda, dudaron y demoraron en calificarlo como tal.
PO: Pero has podido sobrevivir en el medio...
AL: Y sí, no me queda otra, vivo de esto.
PO: ¿Hay buen periodismo de investigación en el Uruguay?
AL: Yo creo que es relativo. Como que se han bajado un poco los brazos. El periodismo de investigación está asociado en general a las revistas. En “Posdata”[5] se hizo bastante periodismo de investigación. Con las limitantes de lo que es el periodismo de investigación en el Uruguay. No pidamos investigación el estilo que puede hacer Clarín u otros medios más potentes de Estados Unidos. Y quiero hacer una salvedad: periodismo de investigación lo pongo entre comillas. ¿Existe el periodismo de investigación o es periodismo a secas? ¿Existe el periodismo deportivo o es periodismo a secas? Para mí todo es periodismo, después tenés una especialización: hago periodismo deportivo, investigo cosas....
PO: Los colegas que han respondido esta pregunta hasta el momento hablan de la posibilidad de dedicarte en tiempo y con recursos para un tema y eso haría la diferencia...
AL: Sí, me parece bárbaro. Pero no soy partidario de crear una elite dentro de la redacción para que pomposamente haga periodismo de investigación. Lo sufro diariamente, porque tengo una elite que de alguna manera hace periodismo de investigación. ¿Qué significa eso? Yo soy del cuerpo de los periodistas de investigación, estoy tomando un café en el bar Bacacay y se prende fuego el Solís. No es mi área, no llamo al diario... No soy muy partidario de crear elites dentro de la redacción. Creo sí que habría que destinar tiempo y recursos para investigar cosas pero lo puede hacer cualquier buen periodista, ninguno en especial.
PO: ¿Qué opinás sobre la utilización de cámaras o micrófonos ocultos?
AL: Es una técnica que en el Río de la Plata se popularizó en Argentina y que se bastardeó de una manera muy grande, en el sentido de que parece que hacés periodismo de investigación si hacés cámaras ocultas. Le ponen cámaras ocultas a los travestis, a los políticos, a una vieja, para todos, cuando capaz que no es necesario. En principio no soy partidario de las cámaras ocultas; de no ser lo suficientemente claro con mi interlocutor, con quien estoy hablando, de no decir “te estoy grabando, no te estoy grabando”. Tampoco me gusta mucho el off the record, aunque a veces no tengo más remedio y lo tengo que usar. Es decir, pienso que el off the record o el pacto con las fuentes a cambio del anonimato tiene que ver con el criterio periodístico de cada uno de nosotros, pero creo que hay que marcar los límites o las reglas del off the record en el sentido de qué episodios lo ameritan y cuáles no. Por ejemplo, si tengo una fuente que me da una información vital adelante, pero no me parece adecuado su uso para pasar facturas entre dirigentes, porque con ese recurso terminan usando al periodista para dar determinada señal o mensaje a un adversario.
PO: ¿Nunca utilizaste cámaras ocultas?
AL: Nunca lo hice, y no me gustan.
PO: ¿Es cuestión de gusto o de ética?
AL: Es una cuestión ética.
PO: ¿No te parece que ayuda a obtener pruebas de hechos que de otra manera no se podrían obtener?
AL: En Estados Unidos la libreta de apuntes del periodista es una prueba. No es necesario tener una grabación. Se ha usado judicialmente. Creo que además el grabador ha sido perjudicial para el trabajo del periodista, porque lo transforma en una especie de hombre mecánico que sostiene 200 gramos en la mano y suelto sobre la persona que está hablando, entre una montonera de gente y no está escuchando sino que está mirando para otro lado porque después va a oír lo que grabó. Creo que es perjudicial. Yo voy a hacer una entrevista a alguien y también tomo apuntes aunque grabe, porque a mí me sirve para repreguntar, para recordar cosas, incluso para poder destrabar. Acerca de si un grabador o una cámara oculta ayuda a descubrir cosas, yo diría que puede ayudar la actitud del periodista. Hay un periodista alemán Gunter Wallraf que escribió un libro –Cabeza de Turco- donde asumía esa nacionalidad para descubrir cuáles eran las condiciones de trabajo en que estaban los turcos. Y ahí no está falseando nada, él está asumiendo una identidad porque tenía indicios de que en Alemania se los trataba mal.
PO: Pero estaba mintiendo.
AL: Estaba mintiendo relativamente porque él estaba involucrado en el tema.
PO: Pero mentía.
AL: Pero es diferente a estar hablando contigo por teléfono y decir “quedate tranquilo que no te estoy grabando”, y te estoy grabando todo, y después voy a usar esa grabación para incriminarte. Él se involucraba en el hecho, él era un turco más. El problema era que las autoridades o la empresa no investigaban quién era esa persona.
PO: No logro entender la diferencia: yo puedo estar grabando una conversación y no decirte que te grabo, no miento. Parecería que fuera igual o peor este periodista que se hacía pasar por un turco.
AL: Vos estás sentado en un escritorio, sin correr ningún riesgo. Y el periodista está poniendo en riesgo su propia vida, que lo descubran de ser turco en la empresa alemana. Yo venía pensando en estos días en el tema del incendio[6]. ¿Cuáles son las condiciones laborales que tiene la gente que trabaja en las forestadoras? ¿Qué sabemos? Hay denuncias sindicales al respecto. Me gustaría despojarme de todo y presentar en una forestadora mi currículo... pero no, tengo que mentir y pedir trabajo allí, para que después pueda escribir cuáles son efectivamente las condiciones de trabajo en Uruguay.
PO: ¿Y si vas con una cámara oculta?
AL: Ahí estoy diciendo que soy periodista.
PO: No decís que sos periodista. Vas con una cámara oculta y te escondés entre los montes, mostrás a la gente, de repente no te ven.
AL: Para mí hay una diferencia profesional. Únicamente que yo vaya y corra un riesgo x, viviendo en carne propia y es lo que yo quiero relatarle a mis lectores: cómo vive un trabajador de la forestación; pero nadie me lo contó, yo lo vi.
PO: De la otra manera tú lo viste y lo mostraste.
AL: No lo viví en carne propia. Pero yo una cámara oculta puedo editarla, puedo buscarle determinadas cosas. En el otro caso me van a tener que creer pero también va mi prestigio profesional.
PO: En la cámara oculta también está tu prestigio.
AL: En el caso concreto de las libretas truchas de “Zona Urbana” que hizo una cámara oculta[7] se editó y después el tema fue a la justicia, corrés hasta un peligro de una denuncia judicial porque vos editaste un material, cuando editar en la televisión es lo más normal.
PO: Pero en ese caso el problema es la ley. Y el periodista hizo lo que tú decís qua hay que hacer: corrió riesgos. La diferencia es que fue con una cámara porque el medio implica que no basta su libreta, tiene que mostrarlo porque es televisión.
AL: Está claro. No sé, no profundicé mucho en el tema y ahora que lo discutimos... De todos modos a mí lo que me molesta de las cámaras ocultas es la intromisión en la vida privada de la gente.
PO: ¿Harías una diferencia?
AL: Sí. Por ejemplo, en el caso del programa argentino Punto Doc, que realizó una cámara oculta a un médico que hacía cirugías estéticas y a travestis les pedía un favor sexual. Fue muy rebuscado, se armó todo un debate en la Argentina, salpicó en algún momento acá porque estamos en pleno debate también sobre las cámaras ocultas, pero me pareció que había una intromisión en la vida privada de ese señor. Si él se acuesta con travestis es un problema de él. Su especialización era hacerle cirugías a los travestis. Pero además él eso lo vendía públicamente. Los límites ahí son también difusos. Yo sí haría especial hincapié en no entrometerme en la vida privada de la gente. Pero a mí me interesa saber qué hacer – y ese es un debate actual- si, por ejemplo, el Presidente de la República está gravemente enfermo. Es un tema a discutir todo lo referente a los métodos. En principio te diría lo anterior, pero ahora que lo discuto contigo... Porque no tuve oportunidad de debatirlo. Hay quienes tienen una posición radicalmente en contra, sin nadie que los haga cambiar, y hay otros que están radicalmente a favor, cuando me parece que en esta discusión tiene que haber un intercambio que enriquezca a ambas posiciones y se puede llegar a un acuerdo. Pero me parece que hay posiciones rígidas de muchos colegas de un lado y del otro y que no aceptan caminos intermedios. Sí te digo que no me interesa el tema de meterme en la vida privada de la gente.
PO: ¿Pero no has utilizado micrófonos, grabar una conversación sin que los otros sepan?
AL: Jamás lo hice, grabar una conversación para después usarla sin que sepa no.
PO: ¿Te parece mal?
AL: Me parece falto de ética. Sí te digo que en el caso del político, el sindicalista o el empresario que te dice “mirá, esto te lo voy a decir off the record, pero a mí no me pongas”; si bien es un recurso que solemos usar, es un método complicado porque a veces nos intentan usar a los periodistas.
PO: ¿Y ahí que hacés?
AL: El off the record es –porque hay varios off the record-, “no me cites, pero ocurrió tal cosa, pero no digas que fui yo el que te lo dije porque me comprometés, en realidad habíamos cuatro en una reunión pero yo te digo lo que pasó en esa reunión”. Cuando te relata un hecho que ocurrió, la manera de enterarnos de un hecho es porque lo vimos o que alguien nos da el dato. O a través de documentos. Después está el otro off the record que te da un contexto, te cuenta algo allí donde es una opinión: “ me parece que fulano está actuando de determinada manera porque está respondiendo a una actitud”, te da un contexto que vos desconocías. Eso lo utilizás como insumo, no se lo adjudicás a nadie. Distinto es el otro off the record, “fulano de tal es mala persona, etc. pero no digas que yo te lo dije”. Estás haciendo un juicio de valor sobre determinada persona, y me estás usando; aparezco yo, el periodista, diciendo fulano es mala persona, es ladrón o es chorro. Ahí no estoy dispuesto a transar. Además me tengo que preguntar por qué ese individuo utiliza ese mecanismo, qué es lo que está buscando.
PO: ¿Y qué hacés con eso?
AL: No lo uso
PO: Si te llega una grabación de una cámara oculta o una cassete con un acto de corrupción, ¿qué hacés?
AL: Como le pasó al diputado Jorge Barrera y al prosecretario de la Presidencia Leonardo Costa, que los grabaron[8]. A “Posdata” llegaron por ejemplo en el caso del Cangrejo Rojo, las grabaciones de supuestamente Julio Luis Sanguinetti. Nunca se pudo determinar judicialmente si quien estaba pidiendo un millón de dólares era Julio Luis Sanguinetti, porque no se prestó a hacer la pericia; pero todas las fuentes nos decían que era él. Hacemos una abstracción, no trabajo en “La República”, yo tengo mi medio, yo trato de investigarlo y de certificar que efectivamente sea real. ¿en qué condiciones me llega? ¿me llega anónimamente?
PO: Un sobre anónimo.
AL: Para mí es muy difícil. Me llegaron sobres anónimos en “La República” que me puse a investigar de dónde venían, porque notaba una serie de hechos de corrupción en el servicio exterior. Provenían de un ex diplomático despechado y con una cantidad de problemas, y no le di curso. La documentación era aparentemente contundente, pero no publiqué nada. Me pareció que era como decimos en el periodismo “carne podrida”.
PO: Me dijiste “haciendo abstracción de ‘La República’”
AL: Porque una cosa es lo que yo haría en mi medio, en mi revista, y otra cosa es lo que yo tengo que hacer en el medio en donde estoy trabajando. Porque es una empresa que tiene determinadas normas.
PO: ¿Cuál es la norma respecto a las grabaciones que llegan?
AL: No hay una norma, creo que ningún medio la tiene, queda un poco a criterio de la dirección. Por eso te decía ¿de qué manera me llega?, si me llega anónimamente, si me lo trae alguien que está implicado porque también hay gente que puede estar interesada en determinadas cosas, porque le sirve en su propio beneficio. En el caso “Cangrejo Rojo”[9] es notorio que [10]Moll padre e hijo tienen determinado interés en que efectivamente la justicia actúe para poder demostrar su inocencia y van a hacer todo lo posible para que uno desde el punto de vista informativo trate de investigar porque saben o intuyen que los va a beneficiar.
PO: A tí te llega la grabación, chequeás si es verdadera o no, y ¿la publicás?
AL: Sí, en “Posdata” se publicó.
PO: ¿Y estuviste de acuerdo?
AL: Sí, fue un colectivo el que trabajó en eso. Chequeamos con diversas fuentes su veracidad.
PO: El Senador Mujica dijo que la prensa no investiga lo que tiene que investigar y usó el caso de los ascensos en Meteorología. ¿Ustedes lo investigaron?
AL: No, lo que pasa es que el senador Mujica debe ser uno de los políticos que mejor sabe usar su salida en los medios. El dio ahí un mensaje. En realidad el destinatario de ese mensaje no eran los medios, o los periodistas. Era el director de meteorología, o la Oficina del Servicio Civil o el propio gobierno. Pero no me pareció tan relevante, ascensos en la Dirección Nacional de Meteorología, ¿cuántos puede haber?, cuatro. Además, a mi un político no me va determinar qué debo investigar y qué no. Que el haga su trabajo de la mejor manera posible que yo hago el mío, también de la mejor manera posible.
PO: El habló de 150 ascensos...
AL: Me pareció más grave lo del Banco Central, porque ahí se sacó gente clave, incluso para este gobierno.
PO: ¿Ustedes lo investigaron?
AL: Nosotros lo investigamos, tuvimos los elementos, las pruebas. Pero además, el que no quiso publicar eso...está en la página del sindicato bancario, hubo comunicados del sindicato; simplemente era tratar de ir más allá.
PO: Si te enterás de fuente confiable que el Presidente le es infiel a su esposa, ¿lo publicarías?
AL: No me interesa.
PO: ¿Y no te parece que quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho?
AL: Es tan relativo eso.
PO: Y no te parece que el Presidente se muestra muchas veces con su esposa y eso está dando una imagen ante la opinión pública que podría no ser la real....
AL: El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
PO: ¿Y si le pega a su esposa?
AL: Ahí sí, porque es un cambio de actitud diferente, además penada. No hay una pena porque vos le seas infiel a tu esposa o que tu esposa te sea infiel, lo que hay es una pena social en todo caso. Pero que le pegue, que ejerza violencia privada para mí es grave. Y lo denunciaría, porque cualquier hijo de vecino que le pegue a la esposa y uno se entera se publica.
PO: Pero la esposa puede negarlo.
AL: Si tengo fuentes confiables que me lo aseveran voy hasta el fin. La esposa puede negarlo porque puede seguir teniendo un interés, porque lo quiere o porque le interesa estar en esa cuota de poder que implica ser la esposa del Presidente de la República.
PO: O porque se siente amenazada.
AL: Suele ocurrir. Aunque ha habido una apertura, es difícil que la mujer no denuncie esos hechos de violencia privada, pero para mí es un tema grave.
PO: ¿Cómo para publicarlo?
AL: Claro, es un tema grave.
PO: ¿Cambiará el rol de la prensa por tratarse de un gobierno de izquierda?
AL: No sé, no lo tengo claro. Lo que sí me preocupa es que no hay, de parte del gobierno de izquierda o de los principales, un conocimiento cabal de cuál es el papel de la prensa, del periodismo. Me parece que no le dan importancia por una serie de anécdotas que me han expresado. Y además si efectivamente es José Luis Veiga el director del Servicio de Prensa y Difusión (SEPREDI), un hombre que puede ser muy buen político, pero no conoce cómo piensa, cómo trabaja un periodista, me parece que no es una señal muy positiva para nosotros, los trabajadores de los medios de comunicación.
PO: ¿Cómo es tu relación o la de integrantes de tu equipo con Tabaré Vázquez?
AL: Tabaré Vázquez es medio difícil en la relación con los medios de comunicación. Con el resto es buena, normal diría.
PO: ¿Aún con un medio de izquierda es difícil?
AL: Sí. Quizás más difícil.
PO: ¿Por qué?
AL: No hay peor astilla que la del mismo palo. Porque hay en el fondo una sensación de que como es un medio volcado hacia la izquierda, vinculado o que es una opción de la izquierda, me da la sensación de que lo que quieren es que el diario haga una suerte de seguimiento de la actuación, y cuando no lo hace lo miran mal, o sienten que les está fallando. Un caso concreto es con “Brecha” por ejemplo. “Brecha” está notoriamente vinculada a la izquierda. Gente que trabaja allí incluso ha estado en listas partidarias de la izquierda. Sin embargo desde la propia izquierda los están mirando siempre con lupa. Hay que ver qué es lo que va a pasar, pero hoy por hoy me da la sensación de que el gobierno de izquierda no tiene claro cuál es el papel de la prensa. Están viendo en todos los medios – y peor quizás- en todos los periodistas, una suerte de enemigo. Cuando además, a mi no me interesa ni jamás le pregunté a un periodista a quién votó o a quien dejó de votar y la mitad de los que trabajamos en los medios deben tener simpatía con la izquierda. Porque si el 60% de la sociedad montevideana votó a la izquierda, eso se refleja también en los trabajadores de los medios de comunicación.
PO: ¿Y te parece que eso es por un prejuicio, por ignorancia?
AL: Porque tienen prejuicios, pero también por una dosis de ignorancia en el sentido de que no saben cómo es el trabajo de esta profesión. Creo que asimilan a los medios de comunicación con la propaganda en el sentido leninista del termino. En alguna medida se paga a la larga historia de medios partidarios que había en este país. Me da la sensación de que en este gobierno habrá un seguimiento de los medios al estilo del gobierno argentino de Néstor Kirchner y en ese sentido la mirada atentísima y prejuiciosa de que hay como una especie de sospecha de que estamos en un complot permanente, nos coloca a los periodistas en una situación un poco compleja.
PO: ¿No saben lo que es la profesión?
AL: No saben, no tienen ni idea. Pero ¡ojo! Por otro lado el gobierno de Batlle nombró a un periodista en SEPREDI y tampoco supo cómo manejar y tratar a la prensa. Es más, terminó a los golpes con unos periodistas argentinos, una verdadera vergüenza.
PO: Eso te iba a preguntar, ¿te parece que se podrá trabajar mejor, igual o peor que con los anteriores gobiernos?
AL: Es que con ningún gobierno se ha trabajado bien. Por un hecho u otro no se ha trabajado bien. Porque recibís presiones; porque el trabajo del director de SEPREDI no tiene que ser trancar constantemente la tarea de los comunicadores, de los trabajadores de los medios de comunicación, sino favorecer. Porque, su trabajo ¿cuál es? Cuidar la imagen del Presidente o del gobierno, esa es su tarea, pero tiene que también facilitar la de los trabajadores de los medios de comunicación. Y ninguno lo ha hecho correctamente. No saben cómo hacerlo. Tanto no saben cómo hacerlo que si una de las tareas del director de SEPREDI es cuidar la imagen del Presidente, no pudo haber dejado que ocurriera lo que ocurrió con la cadena Bloomberg el Presidente Batlle[11]. Porque la tarea del director de SEPREDI era decir:“A ver señor apágueme la cámara porque esto no tiene por qué salir al aire”. En definitiva, creo que no cambiará nada, porque los anteriores directores de SEPREDI no se caracterizaron por haber facilitado el trabajo de los periodistas sino todo lo contrario, con la excepción quizás de Roberto Etcheverry, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, aunque por las propias características del presidente no podía hacer mucho.
PO: ¿Qué le pedirías al Presidente para que haya un mejor periodismo en el país?
AL: No tengo por qué pedirle nada porque no tengo por qué darle nada. A los que les pediría sería a los empresarios periodísticos en todo caso.
PO: ¿Qué le pedirías?
AL: Por ejemplo, ¿hay formación continúa para los periodistas? Que den facilidades para que un periodista pueda estudiar idiomas, economía, por ejemplo, una cosa tan necesaria. La mayoría de los periodistas de primera línea no hablan inglés o no saben mucho de economía o no tienen formación en sus áreas especificas.
PO: ¿Y no crees como la Asociación de la Prensa (APU) que, por ejemplo, tendría que cambiar la ley de prensa? Que el periodismo se rija solamente por el código civil y no por el penal?
AL: No sé. Con el habeas data[12] por supuesto que estoy de acuerdo, pero eso no es un reclamo de APU, yo tengo muchas discrepancias con APU. El habeas data me parece que está en la tapa del libro. Pero cuidado, el periodista tampoco debe tener privilegios por sobre el resto de la sociedad porque no somos una especie diferente al resto. Tenemos deberes y obligaciones.
PO: Pero se le puede pedir al Presidente lo del habeas data.
AL: Al Poder Legislativo. Pero no pedirle, exigirle. Yo no le pido, le tengo que exigir. El habeas data surge también del propio Poder Legislativo. El diputado Daniel Díaz Maynard presentó el proyecto de ley. Ahora, nunca se aprobó. ¿Y por qué no se aprueba? Hay un caso: hace unos años trabajando en “El Observador” me enteré que había habido una inspección de técnicos catalanes enviados por la Organización Internacional de Energía Atómica, a realizar una inspección en los centros de radioterapia. De los 15 centros que había en el Uruguay creo que uno solo contaba con las condiciones estrictas que se piden. Ese informe estaba en una caja fuerte del Ministerio de Salud Pública. Yo sabía de la existencia de ese informe, pero no había podido acceder a él. Entonces hice el ejercicio de pedirlo por ventanilla. Fui y me presenté. “Antonio Ladra, cédula de identidad tal, me amparo en la Constitución y deseo tener acceso al documento de los técnicos”. Es un escrito, lo presento en ventanilla con una copia, me la sellan...Todas las semanas durante cuatro meses estuve yendo al Ministerio a ver qué ocurría con mi pedido. Demoraba 20 días en pasar de una oficina a otra que estaban pegadas. Nunca pude acceder a ese informe por la vía ciudadana. Lo conseguí a través de un funcionario del Ministerio que poco menos que lo robó. ¿Y era de interés público o no? ¿Qué ocurrió después que se publicó ese informe?. Llamaron técnicos a Argentina, se hizo una nueva evaluación y hoy por hoy se puede decir que a nivel internacional todas las instituciones de radioterapia acá, en el Uruguay las privadas y las públicas, están en condiciones dentro de los estándares internacionales. ¿Qué se hizo por ese informe? Yo qué sé, no lo puedo afirmar, pero quizás ayudó. Pero era terrible. A una persona que iba a hacerse una aplicación de radioterapia o lo curaban o lo quemaban, porque había errores más menos 5, o no te hacía nada, o te mataba, o te agravaba la enfermedad. Una cosa terrible.
PO: ¿Creés que los medios de comunicación influyeron en que Vázquez fuera Presidente?
AL: No.
PO: ¿Ni a favor ni en contra?
AL: Ni a favor ni en contra. Creo que en la elección anterior sí jugaron en contra, pero en esta ya era una ola. Es que el gobierno de Batlle cometió tantos errores…
PO: En contra algunos, porque hay otros que jugaron a favor porque son de izquierda...
AL: Sí. Ahora que se generó una suerte de romance y una gran esperanza con el tema del cambio en toda la sociedad. En la anterior el manejo informativo dejó bastante que desear, por más que hayan habido algunos medios de izquierda. Notoriamente en la televisión fue sesgada contra Tabaré Vázquez, sobre todo en el balotaje.
PO: ¿Cómo debe ser la publicidad oficial?
AL: No debería existir (se ríe) porque genera tanto lío. A mí me causa mucha gracia el tema de la publicidad oficial porque el manejo de la publicidad oficial ha sido poco profesional. Pero no solamente en relación con los medios de comunicación. Por ejemplo, ¿a quién le importa que el corredor de autos Rama lleve el logotipo del Banco de Previsión Social en su auto? Si el tipo corre en Argentina. Es como decía un amigo, el funcionario público más caro que hemos tenido ha sido Gustavo Trelles. Llevaba el logotipo de ANCAP por toda Europa pero ¿qué es lo que vendía? Quizás de repente hubiera sido mucho más positivo sí vender el tema del Uruguay natural, el turismo, pero no ANCAP.
PO: ¿Qué papel tiene la prensa en la transparencia de un gobierno?
AL: De alguna manera exige que haya transparencia con el accionar informativo; exige que un gobierno sea transparente. Si yo le estoy exigiendo a Alfie que muestre sus movimientos bancarios, en tanto es un responsable, un alto jerarca; si él lo hiciera, yo creo que ayudaría a una cantidad de cosas.
PO: ¿Por lo tanto que es vital como control?
AL: Creo que sí. Ahora ¡ojo!, no hay que confundir el papel de la prensa. Porque el Poder Judicial o el Legislativo debe cumplir su rol; que no dejen de hacer lo que tienen que hacer. Cada uno con su papel.
PO: ¿Los periodistas deben aceptar el pago de gastos por parte del gobierno para que se cubran los viajes del Presidente?
AL: No.
PO: Condiciona esto la cobertura.
AL: Sí, desde mi punto de vista condiciona.
PO: ¿Estuviste de acuerdo en que un periodista viajara con los gastos pagos por López Mena?
AL: Ni por López Mena ni por nadie. Creo que no debe aceptarse. En su momento, en el primer gobierno de Julio Sanguinetti, el gobierno pagaba los viajes de los periodistas.
PO: ¿Lo hizo La República en su momento?
AL: Sí, pero esa es una decisión empresarial.
PO: ¿Tú sentiste que eso condicionó la cobertura?
AL: Yo no sentí que hubiera condicionado la cobertura, pero igualmente me genera ciertas dudas.
PO: ¿El periodismo debe tener alguna causa como por ejemplo el desarrollo de la sociedad?
AL: Está bien, sí. El diario “La Nación”[13] lo tiene por ejemplo. Hay campañas que hace el periodismo. “El Espectador” y “AM Libre” hicieron una campaña por los niños de las Láminas de Bella Unión[14]. Pero cuidado, tampoco hay que confundir. No me gusta eso del día de la Big Mac[15], porque es usado por la empresa para tener buena publicidad, pero me envenena el resto del año.
PO: ¿En el caso de Las Láminas son las empresas de comunicación?
AL: Está bien, pero surge a raíz de una nota periodística. Yo recuerdo que en mi primera época en “La República” cuando saltó todo el tema del cólera acá en Uruguay, propuse hacer una campaña de bien público. Yo lo hablé con el Presidente de la Asociación de Farmacéuticos del Uruguay, y se involucró en el proyecto. Me parece positivo que en una sociedad pauperizada, fracturada como la que estamos viviendo, si uno tiene posibilidades (realmente un periodista o un medio de comunicación tiene acceso a determinadas cosas que no tiene el común de la gente), se hagan cosas por el bien de la sociedad. Y ni qué hablar del tema de nuestra causa de la democracia, de defensa de los valores democráticos, como posición editorial me parece esencial.
PO: ¿Estás de acuerdo en que tenga como causa la asunción al poder de un partido, una persona?
AL: En este país hay una larga historia de los medios de comunicación partidarios. El diario “El Día” tenía tenía como causa que en el poder estuviera un batllista, o alguien del Partido Colorado. El diario “El País” a alguien del Partido Nacional en todo caso. El diario “La República” lo tiene con la izquierda, y “Marcha”[16] lo tuvo en su momento. Pero esos son temas más bien de posición editorial de los dueños de los medios.
PO: No los deberían tener los periodistas.
AL: Los periodistas en definitiva somos ciudadanos. Cuando vamos a votar votamos. Capaz que votamos anulado o en blanco u optamos. Pero creo que eso no debe empañar la tarea periodística. Si yo pienso votar a Guillermo Stirling, después cuando le voy a hacer la entrevista, no debo ser condescendiente con sus posiciones. Pero en todo caso que se sepa a quien votó un periodista le da cristalinidad al asunto.
PO: ¿Cuáles son tus principios éticos?
AL: En el sentido estricto de la palabra, principios éticos son obviamente tratar de transmitir lo que yo creo que es mi verdad. Sí lo hago editorialmente. Me es un poco difícil contestar la pregunta, porque me tendría que decir qué es la ética. La verdad para mí es un bien supremo, pero tengo claro que hay muchas verdades también. Capaz que mi verdad no es tu verdad. Pero me puedo acercar a la tuya, puedo comprender la tuya. Esa es mi guía sobre todos los temas.
PO: ¿El equipo con el que trabajás tiene algún código de ética?
AL: Escrito no.
PO: ¿Es conveniente tenerlo escrito?
AL: Más que tener escrito un código de ética, lo que hay que tener es un código de comportamiento periodístico, deontológico, de cómo actuar. Pero por más que tengas una cosa que vos digas es un decálogo, “ no mentiré”, en definitiva todas esas cosas pueden estar escritas y en la práctica violarlas. Ayer estaba justamente leyendo un artículo que me llegó por correo electrónico donde se denunciaba el periodismo que supuestamente ejerció durante años Daniel Hadad[17], de periodismo chantaje. En el periodismo uruguayo como en el argentino se ha denunciado la existencia de chantajes. Acá había periodismo de chantaje, se chantajeaba a gente. Conocí un periodista que cuando hablaba era el más ético de todos y resulta que era un chantajista. O sea que por un lado decía una cosa y con el codo la borraba.
PO: ¿Esa te parece la peor falta que puede cometer un periodista?
AL: Hay faltas a la verdad, chantajes.
PO: ¿Hoy hay chantajes, hay periodistas corruptos?
AL: Una vez hicimos en al revista “Latitud 3035”[18] un reportaje al que integra hoy la Corte Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Campo que integra además la organización Transparencia Internacional. Me dijo una cosa que me impactó e incluso titulé por ese lado: “en Uruguay no hay corrupción, hay amiguismo”. Y capaz que tiene razón, porque eso es un poco la dimensión de nuestra sociedad. Y cuanto mayor, poderosa y con más dinero haya en la sociedad hay un campo mucho más fértil para la corrupción. Acá es chica, nos conocemos todos. Por tanto lo que hay es amiguismo, fomentado también desde el poder. Hace unos años para obtener un teléfono debías tener la tarjeta de un político. Hay amiguismo cuando vas a Canelones a buscar la libreta de chofer porque no te la dan en Montevideo. Este es un país enfermo de eufemismos.
PO: ¿Hay corrupción en perjuicio de la ciudadanía a través de la actividad periodística, por mentir?
AL: No, eso no lo percibo.
PO: ¿No hay casos de extorsión?
AL: Que yo sepa no.
PO: ¿Sancionaste gravemente a algún periodista de tu equipo por una falta ética grave?
AL: No. Sancioné a alguno por falta de comportamiento. Despedí periodistas que estaban estafando a la empresa, viáticos y todo eso.
PO: No por ética profesional.
AL: No. Pero esa falta laboral de alguna manera tiñe la ética profesional. Porque además a mí me genera dudas sobre su comportamiento. En “La República” suspendí a alguno porque llegó a trabajar alcoholizado. Fuera de los horarios de trabajo que hagan lo que quieran, pero en el horario de trabajo, no admito ese tipo de cosas.
PO: Si trasciende públicamente que un periodista de tu staff festejó el triunfo del Frente Amplio, ¿condicionaría esto los trabajos que vos le encargues?
AL: Yo en todo caso sé como van actuar más allá de que hayan festejado el triunfo del Frente Amplio, o de Lacalle o de Sanguinetti. Pero no me condiciona, me alerta en todo caso.
PO: ¿Qué opinás sobre realizar crítica a otros colegas a través del trabajo?
AL: Ese tipo de cosas de decir por ejemplo “desmintió a fulano” o algo por el estilo, a mi personalmente no me gusta. Porque ahí hacemos periodismo de periodistas, es una cosa en donde la sociedad o el lector queda al margen.
PO: ¿No te parece que eso puede ayudar a la opinión pública?
AL: Por ejemplo si hay una columna de un periodista en la que no estoy de acuerdo y tengo la posibilidad de rebatirla con otros argumentos, me parece legítimo hacerlo como actor social. Ahora, estar buscando en qué se equivocó este, para señalarlo, eso no.
PO: ¿Qué pensás de los periodistas que manifiestan su preferencia político partidaria?
AL: Allá ellos. Cada uno tiene derecho a expresarlo, pero a la hora de evaluar la información de ese periodista tomo en cuenta ese hecho, obviamente.
PO: ¿Y vos podés decirnos qué votaste?
AL: Voté al Encuentro Progresista. Es la primera vez que lo hago y es la primera vez que digo lo que voté.
PO: ¿Sos agnóstico, ateo, profesás alguna religión?
AL: Soy ateo.
PO: ¿Sos partidario o no del aborto?
AL: Soy partidario de la despenalización del aborto, que es otra cosa.
PO: ¿Y de la eutanasia?
AL: Sí. Es más, quiero ir a ver la película “Mar Adentro”[19]. Partidario de la eutanasia en el sentido de que el propio paciente lo exprese.
PO: ¿Y de la pena de muerte?
AL: Para nada.
PO: ¿Cómo pesan estas definiciones a la hora de tratar la información?
AL: No pesan, porque si hay un debate en el Parlamento sobre la despenalización del aborto trato de separar mis preferencias en el tratamiento informativo. En este tema las pruebas están a la vista: trato de dar todas las campanas. Si mañana se genera un debate sobre el tema de la eutanasia también.
PO: ¿Qué opinás del gobierno de Fidel Castro?
AL: Un gobierno que castiga la disidencia, donde no hay medios de comunicación alternativos a la verdad oficial, ¿qué es?.
PO: ¿Y qué tendría que hacer la comunidad internacional?
AL: Nada, tendría que hacerlo el pueblo cubano. Yo creo que hay suficientes muestras de que en Cuba no hay libertad, pero también digo que cada pueblo es libre y así como te digo eso también te señalo que me parece una barbaridad lo del bloqueo de los Estados Unidos.
PO: ¿Estás de acuerdo con reestablecer las relaciones diplomáticas por parte del gobierno?
AL: Es una decisión del gobierno, no me defino si estoy a favor o en contra, porque en definitiva creo que en China hay falta de libertad también, o hay una democracia formal en todo caso, y tenemos relaciones con China. Acá hay una decisión del gobierno electo de reestablecer relaciones diplomáticas con Cuba porque Batlle rompió relaciones diplomáticas, pero desde que se reestableció la democracia se reestableció las relaciones diplomáticas con Cuba. Y por un enfrentamiento personal entre Batlle y Fidel Castro se rompieron las relaciones, donde la gente no tuvo arte ni parte de todo eso, fue una decisión de Batlle quien creo que tuvo que cumplir con algunos pedidos (entre comillas) del gobierno de Bush un gobierno ilegítimo en aquel momento (ahora es legítimo porque las urnas le dieron el triunfo). Y no se rompieron las relaciones con EEUU. Creo que en el primer gobierno de Bush hubo golpe de Estado, un fraude. Si lo que ocurrió en el primer gobierno de Bush hubiera pasado en Uruguay seríamos una república bananera, y nadie dijo que Estados Unidos era un país bananero. Pero creo que el primer gobierno de Bush fue un gobierno ilegítimo, absolutamente[20].
[1] Título del libro escrito por Linn, publicado en 2004.
[2] Se trata del tradicional saludo a la prensa con motivo de fin de año que realiza el Comité Central Israelita al cual se invita a periodistas y políticos. Este caso fue durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti.
[3] Los atentados a los trenes españoles perpetrados por terroristas de Al Qaeda el 11 de marzo de 2004, días antes de las elecciones en aquel país.
[4] Senador colorado del anterior período de gobierno.
[5] Revista desaparecida dirigida por el ex legislador y precandidato colorado a la Presidencia en las internas de 2004, Manuel Flores Silva.
[6] Habla del incendio forestal en Rocha ocurrido en enero.
[7] En el primer programa de 2004 que emitió Canal 10, se publicó una investigación con cámara oculta en la que se pretendía probar cómo un médico que trabajaba en la expedición de libretas de conducir en Atlántida, cobraba coimas para otorgar los documentos en casos de manifiesta deficiencias auditiva y de visión. El médico realizó diversas demandas judiciales que no tuvieron mayores consecuencias y que incluyó un peritaje por la edición de los registros. El médico y otras personas fueron procesadas con prisión a raíz de la denuncia que presentó la Intendencia de Canelones al día siguiente de la publicación de los informes.
[8] En agosto de 2002, varios legisladores recibieron un caset sin remitente, con el registro de una conversación del diputado de la Lista 15 Jorge Barrera con el Prosecretario de la Presidencia de la República Leonardo Costa, en la que analizaban aspectos de la crisis financiera de aquel entonces. El hecho tomó estado público cuando legisladores hablaron informalmente del caset. Fue la primera vez que la justicia procesó a una persona por el delito de interceptar conversaciones telefónicas. En octubre de 2004 fue revocada la condena al no encontrarse “una certeza razonada o razonable de la culpabilidad del imputado” (“Búsqueda”; 2004, 14 de octubre, Montevideo, pág. 10)
[9] Se trata de la denuncia de una estafa en un proyecto de pesca de cangrejos rojos de empresarios norteamericanos, publicada por la desaparecida revista “Posdata” en 1997, que incluyó la trancripción de una presunta conversación del entonces diputado del Foro Batllista Julio Luis Sanguinetti con uno de los implicados. El diputado se negó a un peritaje para confirmar la veracidad del registro entregado a la justicia. Dos implicados resultaron procesados y la causa sigue abierta.
[10] Eladio y Ricardo respectivamente, los dos procesados por estafa en el caso “Cangrejo Rojo”.
[11] El viernes 29 de junio de 2002, el entonces Presidente Jorge Batlle concedió dos entrevistas a la cadena de tv Bloomberg. Uno en inglés y otro en español. Entre ambos, en un diálogo de Batlle con el periodista dijo “los políticos argentinos son una manga de ladrones desde el primero hasta el último”; que el entonces presidente argentino Eduardo Duhalde había llegado por casualidad al gobierno y que el próximo presidente en la vecina orilla sería Carlos Menem”. Este diálogo fue difundido por Bloomberg el lunes siguiente, luego de analizar la situación el fin de semana. El lunes un Batlle afligido hasta las lágrimas intentó explicar el hecho aduciendo falta de ética de los periodistas y se refirió a sus dichos como un off de record.
[12] Mecanismo legal para que los ciudadanos puedan solicitar información respecto a los actos administrativos del estado. Según un proyecto de ley presentado por el diputado del Encuentro Progresista Daniel Díaz Maynard en 2000, las solicitudes de los periodistas acreditados tendrían trámite preferencial.
[13] En 2002 el diario argentino se plegó a una campaña contra el hambre.
[14] Localidad de Artigas con de casos de niños con desnutrición.
[15] Se refiere a la jornada de donación de Mc Donalds para la fundación que atiende a niños con cáncer.
[16] Semanario publicado desde el 23 de junio de 1939 hasta 1974, dirigido por Carlos Quijano y que contó con Juan Carlos Onetti como Secretario de Redacción y en el cual colaboraron varios intelectuales uruguayos de primera línea como Arturo Ardao, Carlos Real de Azúa y Mario Benedetti entre otros.
[17] Periodista, director de Canal 9 de Argentina y de Infobae.
[18] Revista publicada hasta 2003 de la cual A. Ladra fue cofundador
[19] Película dirigida por Alejandro Amenábar y protagonizada por Javier Bardem, fue premiada como mejor película extranjera en el certamen “Espíritu Independiente” y ganadora del Oscar. En ella, Ramón lleva casi treinta años postrado en una cama a raíz de un accidente marítimo y su único deseo es terminar con su vida dignamente
[20] Tras las elecciones norteamericanas de 2002 se demoró 36 días en nombrar a George Bush presidente porque le ganó a Al Gore por un escaso margen de electores (el sistema de elección es indirecto). Gore había ganado en votos populares por un margen de 300 mil en cincuenta millones de sufragios que aproximadamente llevaron cada uno. En el estado de Florida se dio una pelea voto a voto llegándose a denunciar el fraude de purgar 90 mil votos de las listas, todos ellos negros o demócratas, por parte de una empresa privada, aduciendo que eran criminales, según denunció el periodista Greg Palast. Palast reiteró la denuncia para las elecciones de 2004 afirmando que la misma empresa con otro nombre, brindó antecedentes penales a 43 estados.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario