Parecía muerto y nadie le quería dar ni siquiera un balón de oxígeno o conectarlo a un respirador artificial. Muchos daban por concluida la experiencia del MERCOSUR iniciada en 1992 con la declaración de Asunción y que nuclea a cuatro países: Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay.
A pesar de las declaraciones y la retórica de sus presidentes, el MERCOSUR no daba señales de vida y los cuatro padrinos eran los responsanbles en mayor o menor medida de su agonía.
Cuando Néstor Kirchner, Lula, Nicanor Duarte y Tabaré Vázquez se juntaron en Mar del Plata el clima era frío y no solo por la temperatura ambiente, sino por las rencillas entre los socios. Unos socios con afinidad ideológica y acción política pero que por imperio de las circunstancias y el ejercicio del poder se fueron enfrentando.
El proyecto de instalación de dos plantas de celulosa en el margen oriental del río Uruguay, limítrofe con Argentina provocó picos de alta confrontación con el retiro momentáneo, por una horas de sus respectivos embajadores, hecho inédito en las relaciones entre los vecinos del Río de la Plata y a dos pocas horas tambien de la Cumbre de Mar del Plata.
Kirchner y Lula tienen afinidad ideológica, pero las múltiples desavenencias comerciales han desgastado a ambas figuras, al tiempo que se disputan el liderazgo continental.
Lula, Kirchner y Vázquez a la vez, miran con recelo la presencia de tropas de los EEUU en Paraguay, a las que ven como un preludio de la instalación de una base norteamericana en la región.
Así las cosas nadie daba un duro por el MERCOSUR, es más en Mar del Plata estaban juntando monedas para las flores, pero bastó que EEUU, México y Canadá, países con gran peso económico y político se lanzaran a promover el ALCA, para que los cuatro socios del MERCOSUR se unieran marcando así la mágica resurrección del bloque regional que representa el 75 por ciento del PBI de Sudamérica.
lunes, noviembre 07, 2005
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