martes, noviembre 29, 2005

El problema del agua llegó al gobierno

Agua que saca de quicio
la valiente paciencia
de todos mis hermanos
Fernando Cabrera



El agua, o mejor dicho, la falta de ella, ha sido más efectiva que 20 charlas de Julio Sanguinetti o 40 reuniones del Directorio del Partido Nacional en sus objetivos de golpear al gobierno de Tabaré Vázquez. Desde la semana pasada los montevideanos sufren por el tema del agua. Se ha hablado de más 400 mil ciudadanos que se han visto afectados por diferentes motivos, primero por la turbidez del agua y, luego, durante este fin de semana, por la falta de ella en varias zonas de Montevideo, justamente las más densamente pobladas.

Desde la OSE y, desde el miércoles pasado, hasta ayer ha habido, entre otras cosas, un mal manejo de la comunicación a la población cuando no hábiles formas de escabullirse y de no dar la cara, amén de información contradictoria.

OSE está en medio de una crisis y como tal debió haber actuado, pero nada de eso parece que hizo mella en los funcionarios del ente. Se tendría que haber puesto a disposición de los ciudadanos un teléfono de emergencia las 24 horas, con varias líneas y funcionarios amables y dispuestos a escuchar a la gente, o un correo electrónico u otra forma de comunicación con los conciudadanos. Nada de eso se hizo.

Tuvieron que pasar casi cinco días para que OSE diera una conferencia de prensa donde se informó sobre los problemas, sus orígenes y las medidas a tomar, las que incluyen, entre otras, la posibilidad de restricciones.

Pero el problema en el agua no se quedó allí, en la OSE; ayer, por primera vez y a nivel popular se pudieron escuchar quejas de los montevideanos y no están dirigidas al ente solamente, sino que van más arriba y llegan al propio presidente de la República. Las aguas subieron hasta el séptimo piso del Edificio Libertad.

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