Alemania está en boca de todos. Por una cosa u otra hoy se habla de Alemania. Claro, si bien el tema principal es la posibilidad de que Uruguay se clasifique para el campeonato mundial de fútbol 2006, no es menos importante la dilucidación de la incógnita que mantuvo en vilo a los alemanes y a Europa entera, por más de dos semanas, sobre quién sería el próximo canciller. Una mujer, Angela Merkel, la conservadora líder de la CDU, será finalmente la nueva canciller, luego de alcanzar un acuerdo con los socialdemócratas para formar una gran coalición. Esta es la segunda vez que una mujer asume en Europa ese reto; la anterior fue Margaret Thatcher en Gran Bretaña.
La otra cuestión por la que ahora se habla de Alemania por estos días, acá en Uruguay, a miles de kilómetros de distancia, es por la visita que realizará a ese país el presidente de la República, Tabaré Vázquez, junto a una calificada comitiva que va con una idea fija: poder hacer negocios con la locomotora de Europa. ¿Con qué Alemania se encontrará Vázquez y su comitiva?
Este cronista, merced a una invitación de la Cancillería alemana y el Instituto Goethe recorrió gran parte de ese país durante dos semanas, entre el 24 de setiembre y el 8 de octubre más precisamente. Lo que sigue son las impresiones para nada objetivas de un recién llegado al país, pero que pueden ayudar a entender a ese país de lengua tan difícil y de una historia tan rica como trágica.
El primer paso de Vázquez en Alemania lo dará en la ciudad puerto de Hamburgo, una ciudad de cerca de 1,7 millones de habitantes, situada al norte de Alemania considerada, por el puerto, en el principal eje comercial.
Visitar el puerto de Hamburgo, el más activo de Europa es una experiencia fantástica. El movimiento es incesante y el panorama de grúas trabajando, como en casi toda Alemania, es una constante. Desde los gigantescos depósitos y almacenes de mercancías llegan hasta la ciudad los aromas de café y especias exóticas, es que Hamburgo es desde hace más de un siglo punto de llegada y partida para gigantescos buques procedentes del mundo entero que llegan a ese puerto sobre el río Elba. Allí se cargan y descargan todos los años 80 millones de toneladas de mercancías, según informó a este cronista Bengt van Beuningen, jefe del Departamento de Prensa y Marketing de la terminal marítima hanseática.
Pero esta ciudad no es solo un puerto pleno de movimiento comercial. Con los años y tras ser levantada por dos veces -una vez fue destruida por un voraz incendio y la otra por los bombardeos de la segunda guerra mundial- se instalaron grandes medios de comunicación
Las productoras de cine y televisión de esta ciudad cuentan con muchos y diversos escenarios para sus rodajes, desde el barrio St. Pauli o el mítico lugar donde debutaron Los Beatles, hoy devenido en una discoteca o en la propia peluquería donde una modelista de apellido Kirchner, sí igual que el presidente argentino, le modeló el corte de cerquillo a los cuatro de Liverpool. Dicen los hamburgueses que no hay ciudad en Alemania que sea escenario de tantos rodajes. Pero además en lo que tiene que ver estrictamente con los medios de comunicación, en esta ciudad se produce el noticiero más antiguo y el más respetado de la televisión alemana, el Tagesschau, realizado por la NDR, la emisora pública de televisión del Norte de Alemania. Sus presentadores son verdaderas estrellas y respetados hombres del periodismo alemán. También la prensa tiene su columna de apoyo en Hamburgo: allí se edita el diario sensacionalista Bild, el más vendido y el menos recomendable y como para equilibrar se edita allí también el prestigioso semanario Die Zeit y también la revista Spiegel, además de otras varias de decenas de periódicos y revistas que hacen morir de envidia en el mejor sentido a cualquier periodista. La agencia de noticias alemana DPA también tiene allí su sede.
Berlín, la capital de Europa
La próxima estación de Vázquez y su comitiva será la ciudad de Berlín, hace 15 años unificada tras la caída del infame muro que separaba a un mismo pueblo.
Berlín hoy se presenta como una metrópolis de gran porte, donde convive la seriedad de una ciudad capital con todos sus ministerios y sedes diplomáticas, con una por demás interesante movida cultural a la altura de París.
Claro que Berlín, como gran urbe que es no duerme y más ahora que va a ser nuevamente la sede de la final de la copa del mundo de fútbol y se prepara para recibir a miles y miles de turistas. Y otra vez las grúas son parte de la decoración con el trabajo apurado para terminar con el maquillaje de la ciudad, sobre todo en la parte de lo que era la ex RDA. Es que hay que dejar todo pronto para esa fecha donde se juega algo más que el prestigio alemán sobre el campo de juego.
En el plano político, el presidente uruguayo llega a la ciudad donde sesiona el Parlamento alemán, el Bundestag, en la sede del histórico Reichstag, construido entre 1884 y 1894 por el arquitecto Paul Wallot y rehabilitado luego, en 1999, tras largas peripecias por el británico Norman Foster. Será ahí en ese lugar donde se elegirá a la jefa de gobierno, en este caso la democristiana Merkel.
Tabaré Vázquez llegará a la capital de Alemania cuando ya se han acallado los lamentos de no poder conformar un gobierno rápidamente y cuando la mayoría de la población según una reciente encuesta cree que la solución que se encontró es transitoria.
Es que aunque sea Alemania, el acuerdo al que se llegó es similar a los que se alcanzan en todos los países donde funciona la democracia: negociando programas de gobierno y repartiendo cargos de gobierno. Y esa es la base del acuerdo. La "gran coalición", como resultado de las elecciones del 18 de setiembre, ha dado como resultado que Gerhard Schröder salga del gobierno pero ha logrado un reparto de carteras ministeriales favorable a los socialdemócratas, esto es Asuntos Exteriores, Hacienda, Justicia y Trabajo tendrán titular de la SPD, mientras que los conservadores de Angela Merkel del CDU/CSU asumirán, Economía, Interior y Defensa.
Se ha llegado al acuerdo de dividir la gran cartera de Economía y Trabajo y que sus titulares sean pesos pesados de cada partido, Edmund Stoiber, el resistido popularmente líder socialcristiano aparece como titular de Economía.
La "gran coalición" es la segunda desde el fin de la II Guerra Mundial y esto ha posibilitado que se suavicen las grandes reformas que planteaba Merkel y genere algunas rispideces en algunos temas donde no hay sintonía claramente. Uno de ellos, la guerra de Irak y el alineamiento con los EEUU. Los socialdemócratas están en contra de Bush y por el contrario la nueva canciller apoya los planes de presidente de los EEUU.
Como contrapartida, la estabilidad, tan cara a los alemanes está garantizada.
Pietro Merlo es el encargado del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores para Argentina, Chile y Uruguay. El tuvo a su cargo la instrumentación de la agenda de Vázquez en Berlín, pero en su oficina no hay rastros de estrés por la inminente vista del mandatario uruguayo. Es de hablar pausado, con acento italiano y sabe de la importancia de la visita de Vázquez y la destaca, sobre todo por el cambio político que representa para Uruguay.
Vázquez estará en su salsa cuando visite Alemania. Es que al igual que en Uruguay el gran debate es cómo hacer arrancar la economía sin arriar las banderas del bienestar. Hoy el gran problema que enfrenta este país es cómo seguir pagando lasjubilaciones y el subsidio a los desocupados que crecen cada día. Esto ha traído un problema real en el mercado laboral: proliferan los contratos a término, jornadas laborales reducidas o trabajadores free lance. Olga Gabelman, la guía berlinesa de este cronista es un ejemplo. Ella es arqueóloga, pero se gana la vida como traductora, mientras espera que le aprueben algún proyecto de investigación en la Universidad. Las nuevas autoridades saben que tarde o temprano hay que hincarle el diente a esta bomba de tiempo. Es que el ciudadano medio alemán debe destinar casi un 40% de su salario a impuestos y cargas sociales y ya no se le puede sacar más.
Los subsidios y el déficit que tiene hoy el Estado alemán violan los pactos de la Unión Europea y ya no hay excusas. Pero por otro lado existe la competencia real en el mercado laboral, primero con los propios alemanes de la ex RDA, que trabajan por menos dinero que en el oeste, pero algo más que en la Europa del este y eso ha llevado a que muchas empresas se fuguen hacia esos países.
Probablemente las reformas que se deben poner en práctica sean dolorosas, pero ahora con la gran coalición hay tela para recortar en tanto el costo político no lo paga un solo partido. La primera economía europea tarde o temprano volverá a hacerse sentir y de eso no hay dudas en Alemania.
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