Joseph Ratzinger, prefecto para la Congregación de la Doctrina y la Fe, nacido en Alemania en 1927, resulta con grandes posibilidades para el cónclave. En la prensa italiana se asegura que ya tiene garantizados entre 40 y 50 votos. El funeral de Estado que orgnizó y ofició ha sido calificado de 'brillante y sentido'. Y está demostrando su influencia en las Congregaciones Generales. En el pasado fue gran elector de 2 papas. ¿A él se refiere el Opus Dei con su carta abierta o a Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Milán, nacido en Italia en 1934, especialista en bioética, partidario del movimiento antiglobalización, respaldado por L'Osservatore Romano?
Los movimientos conservadores que fueron el puntal del pontificado de Juan Pablo II están moviendo sus piezas en el precónclave para asegurarse un Papa que no modifique el 'status-quo' vigente. El Opus Dei es la organización que ha preparado con más tiempo y de manera más sistemática este momento. Y es la única de la que han trascendido algunas gestiones. El actual prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, ha remitido una circular sobre el futuro cónclave a los miembros de la Obra en la que trasmite el deseo de que la elección de un nuevo pontífice, "sea quien sea", represente un signo de "continuidad firme". Echevarría también espera que los católicos sepan mirar "los nuevos tiempos" sin dejarse influir por "consideraciones ajenas a la lógica sobrenatural".Ya la semana pasada se informó que el cardenal Julián Herranz, uno de los dos cardenales del Opus Dei, lideró una treunión, tras la muerte del Papa, en el aislamiento de la villa que posee la institución en Grotarrosa, en la periferia de Roma, donde se habría comentado que él recibió una confidencia de Juan Pablo II, antes de morir, sobre el nombre que habría elegido como sucesor de sí mismo.¿Verdad o pura ingeniería electoral?El Opus tendrá en el cónclave dos cardenales: Herranz y el peruano Juan Luis Cipriani. Pero contará con la simpatía que sienten por el Opus grandes electores como Joseph Ratzinger, Camillo Ruini, Angelo Sodano, Dionigi Tettamanzi, y la 'corte polaca' de Juan Pablo II. Una muestra del poder del Opus Dei fue el número de cardenales (35) que suscribieron la petición de beatificación del sucesor de Escrivá de Balaguer, Álvaro del Portillo.Otros grupos religiosos conservadores, afines al Opus, tendrán representantes en el cónclave: Comunión y Liberación, al patriarca de Venecia, Angelo Scola, y Focolares, vía el checo Miroslav Vlk. Pero ninguno de estos nuevos movimientos ha osado pronunciarse públicamente sobre el cónclave como sí el Opus. La fundadora de los focolares, Chiara Lubich, sí ha participado de la organización del clamor por la canonización inmediata de Juan Pablo II que se produjo durante los funerales.Para los conservadores, éste es el proselitismo más efectivo: plantear la canonización ya.Para ello, se distribuyeron pancartas impresas en serie que proclamaban Santo Ya, en italiano y en polaco. Lubich había reclamado antes, a viva voz, este deseo, y lo había escrito en un comunicado en el que definió a Juan Pablo II como "un gran santo" y añadió: "¡Cuánto quisiera que volvieran los tiempos en donde la santidad era proclamada por el furor del pueblo!"Pero el poderoso bloque de cardenales europeos (58), ¿votará en bloque o no?No se trata de votos con una tendencia ideológica uniforme, aunque representan un "paquete electoral" decisivo. El grupo más numeroso es el de los italianos, que cuentan con 20 electores, seguido por alemanes y españoles, con 6, y los franceses, con 5.Entre los 58 cardenales, se encuentran la mayoría de los llamados grandes electores:> Godfried Danneels, de Bélgica;> Kart Lehmann, de Alemania;> Joseph Ratzinger, de Alemania;> Camillo Ruini, de Italia;> Angelo Sodano, de Italia; > Carlo Maria Martini, de Italia; y Jean-Marie Lustiger, de Francia.Los dos últimos no podrán votar por razones de edad.Los europeos comparten, con los estadounidenses, el poder de condicionar votos, porque de Europa y de USA procede la financiación de la Iglesia Católica Apostólica Romana.El prestigioso cardenal brasileño Evaristo Arns, ya jubilado, ha dicho: "No soy favorable a un Papa latinoamericano porque no están preparados para comprender la evolución de un mundo que se basa en América del Norte, Europa y Asia, tres áreas de las que depende el cambio del planeta, la posibilidad misma de acabar con el hambre de la humanidad y de dar a todos la posibilidad de vivir con dignidad". El portugués Jose Saraiva Martins, ministro vaticano de los santos, ha señalado que "casi todos los problemas que se plantean a la Iglesia surgen en Europa".El dominico Christoph Shönborn, de Viena, se encuentra lanzado a obtener el apoyo de sus pares europeos, incluyendo el aval de Ratzinger.Miloslav Vlk, de Praga, compite abiertamente con el vienés. Pero ambos compien con José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa (69 años), un hombre de extraordinaria lucidez intelectual. Y con el franciscano Carlos Amigo Vallejo de Sevilla, un hispanoparlante. En cuanto al francés Philippe Barbarin de Lion, es muy joven (54 años), y nadie desea hoy un pontificado largo.
viernes, abril 15, 2005
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