martes, febrero 05, 2002

Amor y espanto

En su poema Buenos Aires, Borges terminaba con unos versos que hicieron historia: "No nos une el amor sino el espanto".
Para los uruguayos el espanto tiene nombre: es Argentina.
La crisis social y política que vive el vecino país le dio un inusitado vigor a la recolección de firmas para promover el plebiscito contra normas sobre Antel, además de acelerar la radicalización de la izquierda, tanto en el plano político como en el sindical.Es claro que no necesariamente y únicamente las condiciones que se viven en Argentina son las que favorecen las movilizaciones y protestas.
También la propia situación de nuestro país lo hace.
Pero la situación de Argentina no la usa solamente la izquierda.La coalición de gobierno también agita el tema argentino con el objetivo de obtener apoyo para aplicar un nuevo paquete de medidas con ajustes e impuestos incluidos.
"El ajuste busca que no ocurran cosas tan terribles como las que han acontencido en la República Argentina. En Uruguay eso no va a pasar porque tiene estabilidad política gracias a la coalición, y estabilidad económica gracias a estas medidas", declaró el vicepresidente de la República Luis Hierro López.
Es como dijo Borges, "no nos une el amor sino el espanto".
Espanto, una palabra a la que el propio escritor consideraba melodramática y sobre cuya inclusión en el poema se mostró en algún momento arrepentido. Sin embargo, en una entrevista mantenida en 1983, al regreso de la democracia, admitió que tal vez el término se ajustaba a la ciudad de Buenos Aires en "un sentido profético".
Si hoy Borges viviera se habría dado cuenta que su profecía tuvo un largo vuelo.

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